Mucha gente concibe Barcelona como una ciudad caótica, contaminada y agobiante. Cierto es que hay tráfico, aglomeraciones de gente y ruido. Aun así, ¿quién cree que no se puede tener un día de relax en la ciudad condal? Si esto es lo que piensas estás algo equivocado.
Para empezar, Barcelona dispone de bastantes ''espacios verdes'', tales como el conocido Parque Güell, o los no tan conocidos como el Parque de Pedralbes, entre muchos otros. La montaña de Montjuic, a ras de mar, nos ofrece paz y tranquilidad a parte de unas vistas espectaculares de Barcelona desde el este. Forma parte del Patrimonio Cultural Catalán, se encuentra el Museo Nacional de Arte de Cataluña, el Palau Sant Jordi, el Pueblo Español, el Mirador y varios teatros, como por ejemplo El Grec. Por último cabe destacar sus grandes extensiones de jardines, lugar apropiado para el descanso que andamos buscando. Una vez allí es fácil desconectar de la vida en una ciudad y reposar.
En el corazón de Barcelona es más complicado hallar espacios tranquilos, aunqur eso no significa que no existan. Partiendo de Plaza Cataluña y bajando por las Ramblas, inundada siempre de turistas, es casi imposible pensar en encontrar calma. Recorriendo las calles que bordean las ramblas, por el barrio del Raval y el barrio Gótico, descubres pequeños rincones. Alomejor una plaza o sinó una callejuela, donde para tu sorpresa el ruido se haya ausente y te invade la serenidad.
Barcelona es una caja de sorpresas que vale la pena descubrir. Invade sus calles, busca, descubre y lo que encuentres no te defraudará, es más, te impactará de tal manera que ya nunca lo podrás olvidar.
Para empezar, Barcelona dispone de bastantes ''espacios verdes'', tales como el conocido Parque Güell, o los no tan conocidos como el Parque de Pedralbes, entre muchos otros. La montaña de Montjuic, a ras de mar, nos ofrece paz y tranquilidad a parte de unas vistas espectaculares de Barcelona desde el este. Forma parte del Patrimonio Cultural Catalán, se encuentra el Museo Nacional de Arte de Cataluña, el Palau Sant Jordi, el Pueblo Español, el Mirador y varios teatros, como por ejemplo El Grec. Por último cabe destacar sus grandes extensiones de jardines, lugar apropiado para el descanso que andamos buscando. Una vez allí es fácil desconectar de la vida en una ciudad y reposar.
En el corazón de Barcelona es más complicado hallar espacios tranquilos, aunqur eso no significa que no existan. Partiendo de Plaza Cataluña y bajando por las Ramblas, inundada siempre de turistas, es casi imposible pensar en encontrar calma. Recorriendo las calles que bordean las ramblas, por el barrio del Raval y el barrio Gótico, descubres pequeños rincones. Alomejor una plaza o sinó una callejuela, donde para tu sorpresa el ruido se haya ausente y te invade la serenidad.
Barcelona es una caja de sorpresas que vale la pena descubrir. Invade sus calles, busca, descubre y lo que encuentres no te defraudará, es más, te impactará de tal manera que ya nunca lo podrás olvidar.
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